¿Se han dado cuenta de que al igual que la moda cambia con los años, la figura de las personas también? La industria de la moda, el cine y la televisión nos bombardean con imágenes del cuerpo perfecto. Nunca ha sido el mismo, es un concepto que va evolucionando con el transcurso de los años. El problema está en que nos han inculcado de manera inconsciente que debemos moldearnos para ser lo que la sociedad quiere que seamos. O como quiere que nos veamos.
¿Cómo llegamos a esto? ¿Desde cuándo nuestros cuerpos se convirtieron en una tendencia más? Al final del día son nuestros y no podemos simplemente adaptarlos y cambiarlos con el cambio de temporada. Desafortunadamente, la historia ha comprobado que aunque no nos demos cuenta, si alteramos nuestro físico para acercarnos a ese estándar de belleza. La imagen que tenemos de nosotros mismos es perjudicada por estos ideales.
El body image es la manera en la que vemos y percibimos nuestro propio cuerpo. Por ejemplo, cada vez que nos vemos en el espejo y creamos una opinión sobre nuestro físico, estamos siendo conscientes de nuestro body image. A pesar de que en los últimos años se han empezado a propagar los pensamientos de body positivity, seguimos muy lejos de nuestra meta. La sociedad apenas está empezando a enseñarnos a amar nuestros cuerpos tal y como son; sin importar la talla, altura o figura. Sin embargo, aunque no lo parezca, los medios y la industria de la moda siguen propagando un “cuerpo ideal”. Seguimos siendo víctimas de las influencias externas, que nos hacen querer cambiar nuestro cuerpo.
Desde hace cientos de años ha existido el concepto de un cuerpo perfecto. No es algo que se diga en voz alta. No se menciona, pero existe. En la prehistoria, la mujer ideal tenía un cuerpo grande y la cara redondita. Para finales del renacimiento aún no estaba de moda ser delgada, pero si se empezaron a usar corsés y estructuras debajo de las faldas para crear caderas grandes y un pecho amplio. Esta imagen de la mujer con curvas siguió siendo parte del cuerpo ideal por siglos. Después empezó a evolucionar y aunque el estándar seguían siendo las curvas, el abdomen era cada vez más plano. Fue de esta manera hasta llegar al siglo XX, cuando se empezaron a mostrar mujeres cada vez con menos curvas en los medios de comunicación.
Para la década de los 20 's, las mujeres ansiaban tener un cuerpo totalmente delgado, algo atlético y un poco masculino. ¿Qué significaba esto? Nada de curvas. Fue esta década donde se muestra el primer cambio drástico en la manera en que vemos nuestros cuerpos. También es cuando el body image de las personas se vuelve un problema, ya que causó la primera epidemia de mujeres con trastornos alimenticios. Ser delgada y sin curvas era la figura en tendencia y la salud de muchas mujeres sufrió por eso. Para los 40 's, las curvas regresan gradualmente, pero para los 50 's habían regresado en su totalidad los cuerpos curvos y las tallas más grandes. Marilyn Monroe fue el ícono de belleza de la época. Incluso la moda tomó un rol importante con el New Look de Dior, regresando a los corsés y faldas amplias. Muchas lo amaron, muchas lo odiaron.
En los 60 's las mujeres se liberan del corset y se inventa la minifalda. Pero a pesar de tener esa sensación de libertad, nuestro body image seguía sufriendo inconscientemente, con íconos de belleza como Twiggy y Edie Sedgwick. En los 80 's hay un cambio por cuerpos que a pesar de seguir siendo delgados, se veían sanos y fuertes. Piensen en Cindy Crawford y Naomi Campbell #queens. Fue hasta finales de los 80 's y principios de los 90' s que empieza lo que posiblemente fue el cuerpo ideal más dañino para la sociedad: the heroin chic.
Kate Moss representó este concepto y el cuerpo que todas querían. En sí, la tendencia del heroin chic literalmente buscaba que las personas se vieran algo desaliñadas, sumamente delgadas y básicamente que pareciera que consumían heroína… por eso el nombre. Fue más que una simple tendencia, se convirtió en todo un estilo de vida. La década glamurizó los trastornos alimenticios; en ella la anorexia se convirtió en el trastorno mental con mayor tasa de mortalidad. Los diseñadores de moda eran parte del problema. Propagaban la errónea idea de que la ropa solo se veía bien en mujeres extremadamente delgadas y diseñaban dirigiéndose a ellas. Si hoy en día sigue siendo difícil encontrar ropa que nos guste y nos acepte tal y como somos, ¿se imaginan lo difícil que debió de haber sido en ese entonces?
En mi opinión, esta década causó un daño severo en la manera que percibimos la belleza. Han pasado casi 30 años pero las viejas fotografías de Kate Moss siguen siendo veneradas. ¿Pero quién es el verdadero responsable aquí? ¿Los medios que difunden sus fotografías? ¿Los diseñadores de moda por crear ropa específicamente para mujeres super delgadas? Creo que va mucho más allá. Es el concepto de un “cuerpo perfecto”. Es la manera en la que inconscientemente nos afectan los medios y redes sociales, haciéndonos dudar de la belleza de nuestro propio cuerpo. Es la forma en la que nos afecta nuestro exterior, aunque a veces no nos demos cuenta.
Hemos avanzado mucho desde esa década, pero el cuerpo ideal sigue existiendo. Ahora no se ve sumamente delgado, al contrario, son puras curvas. Las Kardashian y sus looks se han convertido en un símbolo. Su impacto ha sido tan grande, que su cuerpo es la tendencia. Muchas mujeres han hecho cambios a su físico para poder verse más como una Kardashian. Tal vez fue inconscientemente o tal vez llegaron con el cirujano plástico y una foto de Kim en su celular. Pero la diferencia entre esta década y hace 30 años es un muy bello concepto que ha logrado afectar nuestra body image: el body positivity. El ser body positive nos ha ayudado a amarnos tal y como somos. A pesar de las tendencias y sin importar las tallas. Es un concepto reciente, pero también es algo que tiene el poder de cambiar a una sociedad entera.
Es obvio que aún nos falta camino por recorrer. En las pasarelas y campañas de moda ya vemos más variedad de figuras, pero no las suficientes. Las fotos en redes sociales siguen estando tan editadas y distorsionadas que crean un estándar imposible de cumplir. Tenemos que aprender a no escuchar esa voz en nuestra cabeza que define la belleza como algo inalcanzable. La sociedad no puede seguir dictando que deberíamos de cambiar en nuestro físico; porque no es de ellos, es nuestro. Pero tal vez fue por todas estas tendencias pasadas, que ahora nos pudimos dar cuenta que nuestro cuerpo NO ES UNA TENDENCIA. Louder for the people in the back. Nos tomó mucho tiempo empezar a aceptarnos tal y como somos. Somos más que solo un número. Somos todos los cuerpos, todas las figuras y todos los tamaños. Simbolizamos mucho más de lo que la sociedad nos hace creer y nuestro valor no lo vamos a encontrar en la talla de nuestros jeans. Ahora es el tiempo de aprender a amarnos porque odiar nuestro cuerpo ya no está de moda. Asegurémonos que esta sea la única tendencia que se quede.
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