Con tan sólo decir que mi hermana de doce años vende scrunchies (uno de
los accesorios que define los 80’s) de todos los colores que existen, nos damos una idea de cómo funciona la moda hoy en día. Tal vez ella no lo sepa porque es una niña que solamente vende lo que ella y sus amigas ven a las bloggers usar, pero las tiendas y empresas usan productos que estuvieron de moda en el pasado como su estrategia de marketing, utilizando a su favor esa nostalgia que existe en la industria. La moda se trata de una revolución y alcance a lo que no se ha visto antes. ¿A dónde se nos han ido aquellos líderes con la pasión de evolucionar?
La moda es una decisión. Todos los días decidimos cómo queremos mostrar
nuestro exterior ante el mundo. También decidimos entre quedarnos estancados en nuestro pasado o construir un camino hacia el futuro. Ya que estas decisiones se derivan de nuestras emociones, es hora de aceptar cómo cada minuto que vivimos nos hace ser las personas que somos, y que cuando volvemos a ver hacia el pasado dejamos que éste controle nuestro presente. Decir lo que pensamos no es suficiente. La única manera de hacer un cambio es actuando, y mientras no lo hagamos nosotros mismos nos limitamos a las normas que nos pone la sociedad.
Esta generación, más que ninguna otra, ha reaccionado hacia el daño que le
hemos hecho a nuestro planeta. Estamos informados de la situación y la mayoría quiere hacer el bien y hacer el bien. Últimamente se ha puesto de moda el thrift shopping, o marcas que crean prendas usando piezas vintage. Este es uno de muchos movimientos que ayudan en la lucha contra la contaminación de este planeta, lo cual es algo positivo. Pero como todo en esta vida, todo lo bueno tiene su lado negativo. Nuestras acciones crean una reacción, y como una sociedad sustentable, se ha vuelto una idea no solo física, pero también mental. Al reciclar físicamente, no hemos dejado de reciclar las ideas del pasado. Es muy comun escuchar que todo lo antiguo es mejor, y ultimamente a traves de la tecnologia, hemos sido víctimas de la admiración al pasado. Yo, en especial sigo diversas páginas en instagram de la moda y música antigua. Estamos tan impactados con los eventos del pasado, que no estamos tomándonos el tiempo para ser innovadores, y crear un impacto nosotros mismos.
En teoría, la moda nos identifica individualmente, diferenciándonos de los
demás. A la hora de tomar decisiones de vestimenta, música o los lugares a donde vamos, nos enfocamos solamente en las tendencias y la necesidad de pertenecer, cuando podríamos experimentar algo nuevo. Escogemos seguir a los demás en vez de ser el ejemplo, y cuando la mayoría escoge el mismo camino, no existe un avance. Se supone que la tecnología es lo más cercano que tenemos al futuro, pero a veces se vuelve un elemento que nos está limitando. Este año una de las series más populares fue la de Luis Miguel. Aquel que derretía los corazones de nuestras mamás y tías en su época de adolescentes. Fue una estrategia para que regresara esa fama que había perdido con los años y comenzar un tour de nuevo. Esto es preocupante para los artistas que todavía no han logrado que se escuche su música. Quizás Luis Miguel ya tuvo su oportunidad de brillar. Lo mismo sucede con las tendencias que los innovadores quieren poner en prueba. No les damos una oportunidad por seguir revisitando el pasado.
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